La canción de Buenos Aires

Text: Manuel Romero
Musik: Orestes Cúfaro, Azucena Maizani
Jahr: 1933

La canción de Buenos Aires

Buenos Aires, cuando lejos me ví,
sólo hallaba consuelo,
en las notas de un tango dulzón,
que lloraba el bandoneón.
Buenos Aires, suspirando por tí
bajo el sol de otro cielo,
cuanto lloró,  mi corazón,
escuchando tu nostálgica canción.

Canción maleva, canción de Buenos Aires,
hay algo en tus entrañas que vive y que perdura,
canción maleva, lamento de amargura,
sonrisa de esperanza, sollozo de pasión.
Este es el tango, canción de Buenos Aires,
nacido en el suburbio, que hoy reina en todo el mundo;
este es el tango que llevo muy profundo,
clavado en lo más hondo del criollo corazón.

Buenos Aires, donde el tango nació,
tierra mía querida,
yo quisiera poderte ofrendar,
toda el alma en mi cantar.
Y le pido a mi destino el favor
de que al fin de mi vida,
oiga el llorar, del bandoneón,
entonando tu nostálgica canción.

Lied von Buenos Aires

Buenos Aires, als ich fern  von dir mich sah,
konnt’ ich  Trost nur einzig  finden,
im Notenklang eines zartsüßen Tangos
den ein Bandoneon zu weinen wusste.
Buenos Aires,  dir galten meine Seufzer,
unter der Sonne eines fremden Himmels,
wie sehr litt mein Herz,
vernahm ich dein wehmutsvolles Lied.

Gassengossenlied,  Lied von Buenos Aires,
es steckt etwas in dir, das lebt  und fortbesteht.
Gassengossenlied,  bitterste  Klage,
Hoffnungslächeln,   Aufstöhnen  der  Leidenschaft.

Das  ist der Tango, Lied von Buenos Aires,
in Vorortgassen  geboren,  in der Welt heut’  Zuhaus.
Das ist der Tango, den im tiefsten Grunde
fest  im angestammten Herz mir  steckt.

Buenos Aires,  wo der Tango entstand,
geliebtes Stück Erde,
dir  wünschte  ich, all meine Seele,
in  meinem Lied darbringen zu können,
und erbitte vom Schicksal die Gunst,
zu meiner letzten Lebensstunde,
das Schluchzen eines Bandoneons zu hören
in  wehmutsvollem  Liederspiel.